28 octubre 2009

Crazy

Mi madre se jubila el viernes.
Mi padre, un analista de sistemas que piensa que la mulita y otros programas de descarga son el mismísimo demonio, ahora usa Taringa!
Y yo, en lo que va del año me reconcilié con mi carrera y mi rol de estudiante, empecé a pagar mi propia casa, volví a estar en pareja después de más de 7 años de no dejar que nadie entre realmente en mi vida, y vi partir eso también.
Me reconcilié con partes de mi pasado que creí que cargaría por siempre sobre la espalda, y puse a descansar los fantasmas de viejos amores y desamores, desencuentros, palabras justas en el momento indicado, canciones que acompañan los momentos más idiotas, y más emocionantes de mi vida.
Mi idea de ser madre soltera descansa pasiva entre los versos de algún poema de Neruda, y el olvido, el perdón, la calma por fin llegan, el perdón a uno mismo, y detener por fin el constante reproche de lo que podría o no haber hecho, dicho, sentido.

No estoy feliz, no estoy a gusto, pero encontré mi paz, y de ahí veremos hacia donde voy.
Y supongo que esto es el fin de un capítulo más, y aunque se que vienen otros, es este, el que me duele dejar ir, por más que sepa que debo hacerlo.

Si no fuera por algunas cosas que siempre siguen igual, pensaría que el mundo se ha vuelto loco, loco.

13 octubre 2009

300

La última vez que me dijo que me quería y le creí, me rompí una uña cortando un chocolate. Me la rompí tan feo, que tuve que usar una curita un tiempo para que no me lastime.

Otro día, te despertás y te decís: "me dejó". Y decidís que igual tu vida sigue.
No es que el tema esté superado ni mucho menos, pero empezás a poder mirar desde otra perspectiva, claro que todavía mirás sólo por el rabillo del ojo, pero sabés que está ahí para verlo, cuando estés lista.
Programás un encuentro con esa amiga que te escucha tan bien, y que tiene la capacidad de decirte todo junto, lo bueno y lo malo, y de hacerte sentir contenida de una forma que no creías posible.
En el medio, por supuesto, pensás todo el tiempo en qué es lo que hiciste mal, y que hubiera pasado si en vez de decirla A decías B, o si se encontraban a las 4 en vez de las 5, y ese tipo de idioteces. Tratás de contactarlo, y te chocás contra una pared de hierro, y tratás de imaginar que pasa del otro lado de la pared y te resulta por completo imposible. Ahí aceptás: ya no queda nada de donde agarrarse.
Te agarra un ataque de locura, y acá, si bien cada quien tiene su propia versión, la mía es bastante cliché. Te juntás con una compañera del secundario, hablás mal de todo lo que respira, le sacás el curo como para tapizar cuatro docenas de sillas con respaldo. Recordás defectos, inventás defectos, y te reís, por lo menos por fuera de todo.
Salís a caminar para gastar un poco de energía, y le empezás a comunicar a todo el mundo que volviste a estar sola, y que no querés hablar del tema. Te divierte un poco pensar en lo que la gente puede imaginarse, pero si tenés una computadora amiga, escribís el mensaje en Face, te cambiás el estado, y dejás que la tecnología se ocupe del resto. Todavía no pasó lo peor, porque aunque saben, te falta responder preguntas de los que no aceptan un "no quiero hablar del tema" por respuesta.
Pero así de loca como estás, te metés en la primer peluquería que encontrás, importa un pepino que no sea TU peluquero, y que la luna no esté en cuarto creciente, te sentás delante del peluquero y le decís: Haceme nueva. Se ríe, y te pregunta cuanto hace que te peleaste, vos te reís, y la tijera le da y le da. En seis minutos o menos, tenés el pelo corto, y te diste el gusto de hacerte flequillo, aunque a él le gusta el pelo largo, y dice que no te quedaría bien el flequillo. Te queda aceptablemente bien, lo cual es lógico, después de todo, qué carajo sabrán de pelo los hombres?
Mientras tanto, sin darte cuenta esa semana bajaste unos kilos (no por haberte privado de chocolates y de snacks, eso seguro).
Investida en furia/tristeza/abandono consumado, te calzás el jean que no te quedaba, y salís con el escote más provocativo del placard. Si el no te mira alguien tiene que cubrir la cuota.
En la calle te cruzás con la vecina maliciosa del 4º (que obviamente ya sabe todo) y cuando te está por hacer la pregunta más idiota (¿Cómo estás?), te mira, y te dice: "Ay, pero que lindo te queda el pelo así" y sigue su camino. Misión cumplida.
Volvés, te vas a lavar las manos y ves la uña del pulgar, la caída en cumplimiento del deber, que ya sobresale varios milímetros de la yema del dedo, y tomás conciencia del tiempo que pasó. Te servís el primero de varios shot de tequila mientras chateas con cualquiera que responda, y esperás que mañana no te duela tanto la cabeza, después de todo, es domingo y hay que ir a trabajar.

08 octubre 2009

(My) Love is broken

Vamos a empezar por el momento de la ruptura y ver hasta donde nos lleva.
Estás a menos de un metro de una persona que en realidad hace rato que no esta más dentro de ese cuerpo que ahora tenés enfrente. Y además de no estar habitando el cuerpo, ahora te dice que el cuerpo tampoco se queda a jugar.
-Es lo mejor-, pensás, -es buena idea- Pero hay algo en vos, que acabas de aterrizar violentamente en tu propio cuerpo, algo que esta inquieto, como queriendo decir algo y no podes saber que es. Tenés tanto dando vueltas en la cabeza en ese momento, que por algunos segundos, después de decir algo, te cuesta diferenciar si lo dijiste en voz alta o lo estabas armando en tu mente. Y reprimís el 98 % de lo que te pasa por la mente, y el esfuerzo te deja exhausta, no tenés fuerza para pelear, ni para terminar de entender lo que esta pasando.
Ya se fueron, el y su cascarón de excusas, y quedas inmóvil percibiendo los restos de él en el aire del ambiente, y el sol de las 18 de la tarde entra por la ventana como si el mundo siguiera girando con normalidad. No lo hace. El mundo está tan sorprendido como vos.
Desde la otra habitación, llega el sonido de la computadora encendida. Poder reconocerlo es signo de que empezás a despertarte. Pero el sueño, no fue un sueño y de verdad está vacío el otro lado de la cama.
Buscas entre las amigas una que haga el comentario que necesitas escuchar, pero no llega. Esas cosas siempre vienen de donde uno no está buscando. Y de repente, en tres líneas, una voz de otros tiempos te delinea la introducción, nudo y desenlace de la historia mientras el ruido del agua en la bañera te indica que es momento de cerrar la llave y no permitir que siga cayendo el agua, y es también una buena metáfora a la situación, o lo parece en el momento.
Pones las sales que te regaló en el agua, hasta el último granito de sal, como tratando de disolverlo también en el agua caliente de la bañera. Y preparás todo, y estás lista para sumergirte en el último abrazo que vas a tener de el, o de la idea de el, y te metes. El agua está fría y la bañera no te alcanza. De que otra forma podía ser sino?
Tratás de relajarte y no podés, entonces te resignás, sacás el tapón y ves como por la rejilla se escurre hasta la última gota de él, y parece que estás lista para decir adiós... por lo menos por hoy.
Te vas a la cama y no podés dormir, tomar conciencia de que seguís dejando espacio donde él solía estar, tampoco ayuda.
Finalmente, te dormís, pensando que mañana, va a ser otro día, que te vas a sentir mejor, o él te va a llamar para decir que te extraña, o que vas a permitir que tu trabajo te consuma el tiempo, pero no poder pensar ni un minuto en lo ocurrido.
Te despertás y ya estás un poco mejor. Has salido de momentos más devastadores después de todo, y hay algo de esperanza en el aire. Parece que todo va a salir bien, después de todo.