Tengo los pies fríos ocho noches por semana y no puedo dormir.
Y el me dejaba escabullir mi par de barras de hielo entre sus estufitas.
Quién o hubiera dicho, que una noche al lado de sus pies siempre tibios, iba a hacer que mi vida parezca la noche de las falanges frías...
Maldita sea yo y mi memoria asociativa.
Y juro que esto no tiene nada que ver con que te extrañe, no,no, no.
2 comentarios:
Alguna vez extrañé dormir cucharita, pero ahora que viene el verano, no, dejá... quiero la cama para mi sola jaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!
Besote, que lindo está tu blog. Me gusta.
Saludos!
Los recuerdos matan pero nos hacen....
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