Gataflorismos, y otras cosas incomprensibles

Aunque soy bastante feminista, soy lo suficientemente realista como para asumir ciertos gataflorismos propios de muchas damas, que aunque poseo y detesto, no ha podido erradicar.
Uno de ellos, recientemente ha sido objeto de mi reflexión, de una profunda y sesuda reflexión. Se trata, ni más ni menos, de la maldita costumbre que he intitulado (parafraseando la obra de teatro) "Te quiero, sos perfecto. Cambiá!"

Supongamos que a una individua (such as myself), le agrado un individuo.
Antes de conquistarlo, hará referencia a lo trabajador que es, lo estimulante de sus charlas, y lo unido que es con su familia.
Una vez conseguido el objetivo (conquistar al individuo mencionado), sin embargo, la misma individua de algunos renglones más arriba, comentará con su grupo de pares y otros reptiles y/o familiares, que es un enfermo del trabajo, no para de hablar, y que todavía no cortó el cordón umbilical.
Entonces, empieza la encarnizada batalla contra los malos hábitos (o lo que fuera) del pobre tipo. Es una lucha cruel y sangrienta, pero con paciencia y mucho dormir enroscada en una canasta, es posible cambiar ciertas cosas.
Ahora bien, una se enamoro de un sujeto, digamos que defectuoso, identifico el origen del problema y lo arreglo, corrigió, lobotomizó. Adivinen cual es el siguiente paso?
Y si, lógico... ahora que fue "arreglado", no le gusta más.
Es lógico, después de todo, uno se enamora de la persona con "defectos" incluídos, inclusive creo que son muchas veces parte el encanto.

Ahora, (ya era tarde, y había tomado un vaso de vino espumante con melón) lógicamente, lo que activa el desenamoramiento es todo el cambio, entonces cual es el objetivo, que haya una persona menos en el mundo de la cual enamorarse?
Podría ser. Algún freudiano por ahí debe estar ya pensando en los beneficios secundarios de la "enfermedad".
Seamos pesimistas entonces, y veamoslo así.
El amor, aceptémoslo, nos pone en un estado de "flanés" (adj. Blando como un flan), que es maravilloso... hasta que uno se empieza a perseguir. Porque es muy lindo poder bajar la guardia, pero cuando empezás a creer (muchas veces con justo motivo) que te pueden hacer daño, sube la guardia otra vez y ya no hay vuelta atrás.

Ya pasó el momento de inspiración... bueno, agreguen lo que quieran, y traigan un regalo que este blog tiene DOS años!!!