28 enero 2008

Afianzando la tiéz

Mi sobrina Azul, ya tiene dos años, cinco meses y ocho días.
Como estoy por entrar de vacaciones y quiero llevarla a pasear, decidí hacer un ensayo y fuimos al cumpleaños (6) de mi ahijado.
Sale viaje Sarandí- San Justo (Para quien no conozca, son más de dos horas en el transporte público, en auto, cuarenta minutos o menos [+ $ 2] por autopista)
Mi miedo, era el viaje. Como es tanto tiempo, creí que podía aburrirse, y hacer lo que los chicos hacen cuando se aburren: gritar, llorar, patalear, joder, treparse en las sienes de quien se les ponga enfrente y demás atrocidades.
Lo resolvimos bien. Le pedí a mi sis que la levante temprano, almorzamos juntas (ella un poco más pesadito), baño tibio, y al bondi.
Mientras yo terminaba de acomodar los bártulos en el piso, ella se durmió. Tooodo el viaje, por suerte para ambas.
Llegamos, y el castillo inflable que le prometí no estaba inflado aún, así que cuando le dije que "eso" era el castillo, me miró como diciendo What am I, two?
Después lo inflaron y se quedó toda sorprendida, pero tímida, no quiso entrar todavía. Minutos después, entraron los tres nenes que había: mi ahijado (6), un amiguito salvajísimo (4) y un nene divino que quiero que se case con Azu apenas sea legal (3).
El salvaje le pegó terrible paliza a mi ahijado, ante la mirada atónita de Azu que se aferraba a mi brazo como si su vida dependiera de eso.
Querés entrar Azu? Nooo! Bueno.
Entonces... descubrió que adentro, había una mesa enorme con todas las porquerías que los papis jamás le dan, se eligió una pata de la mesa, la abrazó con una manita, y liquidó todos los chizitos a su alcance con la otra.
Piñata: todo el mundo le junto porquerías a ella (que era la única nena de la fiesta), y se las metieron en los bolsillitos del vestido a escondidas mío. Cuando ya iba por el cuarto caramelo, descubrí el escondite y se los saque, sobretodo, porque para no pedir ayuda, se los estaba comiendo con todo el papel que no podía sacarles, que era casi todo.
Torta: Se asustó un poco cuando apagaron la luz, pero se repuso enseguida cuando empezamos a cantar el feliz cumpleaños, al cual se unió con fervor.
Como es clásico, después del cumpleañero, otros niños soplaron también, pero no antes del abuelo, que tenía un pedo astronómico.
Retirada: En paz. Nos vino a buscar mi mamá, y como a ella le gusta mucho andar en auto, saludo a Lucas, a la que le proveía los chizitos, pidió su globo, retiró su bolsita de cotillón y se fue saltando alegremente.
Devolución: (La parte más triste) La vinieron a buscar. Yo ví el auto de lejos y nos acercamos, cuando se dió cuenta de que se trataba, pidió upa y se volvió a agarrar de mí, y así por un rato hasta que acepto su destino.

Llegada a casa (yo sola): Agotada. Me dí cuenta que me dolían los brazos como si hubiera estado cargando bolsas en el puerto, recordé las cuadras que caminé con ella dormida, y me pareció explicación suficiente.
Me quedé dormida en menos de quince minutos.

Yo diría que fue una excursión breve, pero exitosa, no?

4 comentarios:

Loca xq sí dijo...

viste cómo revientan brazos l@s sobrin@s? sí, es eso no más, no hay otra explicación


Lo bueno de los sobrinos es esto, que te los llevás un rato, la pasan bomba, y después lo llevás de vuelta a su casa, dormís tranquila... ¡y hasta la próxima salida! Son lo más!!!

Por un mundo lleno de sobrin@s!!!!

Una Pepina dijo...

y despues cuando sos mamá, la historia sigue en casa: bañarlos, darles de comer, acostarlos, y mirarlos con felicidad porque se durmieron como angelitos.
Las tías ayudan y mucho.
Aunque yo no tuve esa suerte.

Martín dijo...

ya podes reemplazar a Fran Drescher!! (?)

TOTA dijo...

jaja me hizo reir Martin.
Me ganaron todos, loca, una pepina e incluso martin...asi no pued agregar nada.