02 noviembre 2005

Aquellas pequeñas... ocasiones

Ayer me puse a mirar la hoja de mi cuaderno de clase, como esperando que me dijese algo. Y se ve que tanto y tanto la miré, que se cansó o se sintió presionada y me dijo, a su manera claro, que mire la fecha. Cuando mire la fecha me sentí extraña, creí reconocerla, pero al mismo tiempo, no llegaba a ver el recuerdo lo bastante claro como para distinguirlo. Hasta que de repente me llegó, como una bofetada (frase robada). ¡¡¡Hoy hace 10 años de mi primer beso!!!
Cada vez que pienso en ese tema se me cruza el mismo pensamiento: ¿no había algo mejor?Se ve que no, o estaba muy apurada por entrar en ese grupete de gente que se besaba. Por suerte, tiempo después encontré algo mejor. Aunque fuera por ese sólo momento de mi vida, pude disfrutar la sensación de ese minuto infinito en el que uno espera, pero espera de verdad, ese primer beso. Los nervios, el frío, y el calor, temblar y reírse de cualquier cosa, ponerse colorada como un tomate (casi se podría decir que esto se ha convertido en una característica que me distingue del mundo, al día de la fecha, sigue habiendo mucha gente que me recuerda como la de las mejillas coloradas como tomates y otra denominaciones similares y muy simpática, por cierto, ante las cuales no puedo evitar ponerme... roja como un tomate.) Entonces reflexiono... fue realmente el beso lo mejor de la experiencia? A veces si, a veces compitiendo... me han besado bien, lo reconozco... (lástima que nos perdimos), de todos modos sigo pensando que lo mejor de todo es la expectativa, el no saber, lo indefinido y lo probable... todo junto, mezclado, revuelto, y de golpe, sobre todo eso. No sé si alguna vez me volví a sentir tan bien, creo que lo que más se le acerca, podría ser los nacimientos de mi ahijado y mi sobrina (bombones los dos), o tal vez el segundo primero que me tiré del caída libre del parque de la costa...

1 comentario:

Leo dijo...

Creo que lo más lindo de un primer beso es lo rápido que se desarma ese nudo en la panza que se te va haciendo a medida que se acerca ese silencio, esa pausa en la charla que no se llena cambiando de tema sino estirando el cuello y jugándose el orgullo.

Mientras esperás ese silencio pensás "¿le doy un beso? ¿le gusto o la estoy aburriendo? ¿quiere seguir o escaparse?" y se te va anudando la panza. Y le das el beso, no saca la cara, a lo mejor te pone la mano en la mejilla o el cuello y el nudo se derrite. Físicamente es exactamente eso, como si se derritiera.

Este comment es medio colgado, sobre todo porque es sobre un post de hace 3 años pero recién empecé a leer tu blog, fui hasta atrás de todo para leer desde el ppio y me gustó mucho este post.

Slds

Leo