Somos ocho.
Todos somos estudiantes de psicologia y estamos felices y relajados porque la cursada culmino hace escasos minutos.
Estamos en un bar con mucha onda, con amplia variedad de bebidas (la mayoria sin alcohol) y estamos hablando y riendo.
La conversasiones se entrecruzan, se enroscan y se anudan y son un todo con nosotros, nuestra felicidad reciente y el ambiente de jolgorio del bar.
estamos hablando por partes, por grupos, parejas, todos juntos jamas hay un silencio. De repente nos llega una oleada de alegria y cantamos todos juntos. En el bar hay un par de jovenes (mucho mas que nosotros) ellos tienen dos o tres guitarras y las tocan mientras cantamos, y el mundo por unos minutos parece una fiesta.
Caminando por la calle, nos emparejamos, nos separamos, cambiamos de compañeros y nos trenzamos simbólicamente entre idas y venidas. Nos contamos anécdotas y reímos como locos, parecemos chicos con un juguete nuevo.
Las conversaciones son fluidas y perfectas. Por esa noche nada importa, y mañana de vuelta a los libros, pero no pensamos en eso, para nada.
Cuando tenia mas o menos seis años, y decía que mi vocación estaba en algún lado entre veterinaria y baby sitter, me imaginaba que la vida universitaria era así; exactamente así.
02 julio 2007
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2 comentarios:
no es así como lindo pasarla tan bien?
Hmmm..
Mucha película de Sandrini, mucho Profesor Hippie visto por Volver.
Será que nunca idealicé el estudio?
Eso debe ser.
=)
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