31 enero 2008

Asesina!

Madre entrando a la cocina: Nooo!!!
Lo mataste Paula! Y ahora que hago?

Paula: Jajaja! Siii. Me tenían podrida vos y "ese".

Érase una vez, hace aproximadamente doce años, que recién habíamos comprado la casa en la que vivimos.
Lógicamente, pasar de un tres ambientes -primer piso por escalera-, a una casa antigua, no fue un cambio de igual a igual. Hubo que pedir un préstamo, y después hubo que pagar el préstamo.
-No somos pobres- Me explicaba mi madre -lo que pasa es que nos ajustamos el cinturón para pagar la casa-.

La casa, ni bien nos mudamos, era una ruina, descuidada y llena de mugre. Las paredes estaban escritas con crayones, los pisos de madera tenian pegamento (de ese que huelen algunos), porque al dueño anterior, le pareció cara la instalación profesional de la alfombra, y la pegó el mismo. Supongo que también por eso la pudimos despegar y los pisos se recuperaron bastante.

Como iba diciendo, en aquellas épocas de ahorro, abundaban en mi casa los productos que ahora son bien conocidos como genéricos, y se racionaban más que en tiempos de la cebolla.
Fueron tiempos duros, sobre todo porque yo recién había empezado con lo que fue mi insoportable adolescencia, pero en cinco años, ya habíamos terminado de pagar la casa, y a fuerza de laburar muchísimo, y con ayuda de todos los amigos y conocidos que teníamos, la casa se convirtió, no sólo en algo habitable, sino en un lugar que nos gusta mostrar.
Empezaron a aparecer productos de primeras marcas, comíamos milanesas hasta tres veces por semana, y una gaseosa en la mesa ya no implicaba que nadie estuviera cumpliendo años. Costó, pero lo logramos.

Pero vieron que se dice, que las personas que viven una situación por cierto tiempo, les queda la maña? Bueno, a mi madre le quedó el vicio de diluir el detergente.
Y cada vez que lo hace, yo le pregunto para qué, si somos solo dos, la botella más chiquita dura más de cuatro meses, y ya no soy derrochona como an algún momento.
Ella no responde, pero sé, que cuando ve la botella vacía del detergente, la que recién se terminó, no puede evitar llenarla, mitad con agua, y mitad con detergente de una botella nueva.

Así que hoy a la mañana, cuando terminé la botella de detergente diluído, y viendo que había una incorrupta para estrenar, no pude evitarlo, y la acuchillé.
Corté la botella de detergente al medio. No por la "cintura", sino de cabeza a pies, y eso es lo que encontró ella, sobre la mesada, todavía con algunas burbujas ultra diluídas, mientras la otra botella, nuevita, sonreía con temor. Es que sabe que es la próxima.

28 enero 2008

Afianzando la tiéz

Mi sobrina Azul, ya tiene dos años, cinco meses y ocho días.
Como estoy por entrar de vacaciones y quiero llevarla a pasear, decidí hacer un ensayo y fuimos al cumpleaños (6) de mi ahijado.
Sale viaje Sarandí- San Justo (Para quien no conozca, son más de dos horas en el transporte público, en auto, cuarenta minutos o menos [+ $ 2] por autopista)
Mi miedo, era el viaje. Como es tanto tiempo, creí que podía aburrirse, y hacer lo que los chicos hacen cuando se aburren: gritar, llorar, patalear, joder, treparse en las sienes de quien se les ponga enfrente y demás atrocidades.
Lo resolvimos bien. Le pedí a mi sis que la levante temprano, almorzamos juntas (ella un poco más pesadito), baño tibio, y al bondi.
Mientras yo terminaba de acomodar los bártulos en el piso, ella se durmió. Tooodo el viaje, por suerte para ambas.
Llegamos, y el castillo inflable que le prometí no estaba inflado aún, así que cuando le dije que "eso" era el castillo, me miró como diciendo What am I, two?
Después lo inflaron y se quedó toda sorprendida, pero tímida, no quiso entrar todavía. Minutos después, entraron los tres nenes que había: mi ahijado (6), un amiguito salvajísimo (4) y un nene divino que quiero que se case con Azu apenas sea legal (3).
El salvaje le pegó terrible paliza a mi ahijado, ante la mirada atónita de Azu que se aferraba a mi brazo como si su vida dependiera de eso.
Querés entrar Azu? Nooo! Bueno.
Entonces... descubrió que adentro, había una mesa enorme con todas las porquerías que los papis jamás le dan, se eligió una pata de la mesa, la abrazó con una manita, y liquidó todos los chizitos a su alcance con la otra.
Piñata: todo el mundo le junto porquerías a ella (que era la única nena de la fiesta), y se las metieron en los bolsillitos del vestido a escondidas mío. Cuando ya iba por el cuarto caramelo, descubrí el escondite y se los saque, sobretodo, porque para no pedir ayuda, se los estaba comiendo con todo el papel que no podía sacarles, que era casi todo.
Torta: Se asustó un poco cuando apagaron la luz, pero se repuso enseguida cuando empezamos a cantar el feliz cumpleaños, al cual se unió con fervor.
Como es clásico, después del cumpleañero, otros niños soplaron también, pero no antes del abuelo, que tenía un pedo astronómico.
Retirada: En paz. Nos vino a buscar mi mamá, y como a ella le gusta mucho andar en auto, saludo a Lucas, a la que le proveía los chizitos, pidió su globo, retiró su bolsita de cotillón y se fue saltando alegremente.
Devolución: (La parte más triste) La vinieron a buscar. Yo ví el auto de lejos y nos acercamos, cuando se dió cuenta de que se trataba, pidió upa y se volvió a agarrar de mí, y así por un rato hasta que acepto su destino.

Llegada a casa (yo sola): Agotada. Me dí cuenta que me dolían los brazos como si hubiera estado cargando bolsas en el puerto, recordé las cuadras que caminé con ella dormida, y me pareció explicación suficiente.
Me quedé dormida en menos de quince minutos.

Yo diría que fue una excursión breve, pero exitosa, no?

23 enero 2008

El reflejo

Me pidió que vaya porque estaba "mal, no se que me pasa".

Ella: Bla... bla... bla. Y al final el viernes me invitó al cumpleaños de F porque tenia ganas de hablar conmigo y no me le pude ni acercar porque estaba la amiga de su novia... Me sentí culpable... Parecía una sarnosa... etc (comentarios similares)

El lunes tenia que ir a laburar pero me agarró angustia y no me pude levantar de la cama hasta las cinco de la tarde.

Yo: Algo te pasa. Yo no sé que estés esperando para pedir ayuda.
E: Te llamé a vos.
Y: No es lo mismo. Conmigo podes hacer un poco de catarsis, pero sabes bien que estoy lejos de poder ayudarte en serio.
Ahora, vos me pediste ayuda y yo te la voy a dar como puedo. Tenés que dejar de verlo.
E: Pero si no es por el!
.
.
.
Y: hoy estuve con E... bla, bla. Le cuento.
Mi madre: ahora la llamo para que venga mañana a hablar conmigo.
Ella, mi madre y yo en el teléfono.

M: Bla... venite mañana... Paula está preocupada...
E: Paula está preocupada?
M: Bla, bla, bla.
E: Tan mal me viste, Pau? Mañana voy.
.
.
.
E: (Vía SMS) Me llamó y le corté espero que tengas razón.

A veces, es necesario ver lo que tu dolor genera en otro, para reconocerlo como auténtico dolor. Somos negligentes con nosotros mismos, no hay nada que hacer.

21 enero 2008

Ida y vuelta

La metí a mi madre en el mundo de los celulares, y le gustó.
En forma de agradecimiento encubierto, o para devolverme el favor, quiso hacer una obra de bien presentándome un australiano amigo de su chongo, bien informada de mi debilidad por el acento, y mi inclinación a los hombres de ojos claros (y probablemente suponiendo que el individuo sería pelirrojo).
Así que, informada también, de que quería almorzar asado, lo invitó a su chongo en calidad de chef, y al australiano (que daré en llamar A.), en calidad de invitado y aprendíz de asador.

La primera sorpresa, ahí nomás en la puerta de casa, pero desde el lado de afuera, es que A hablaba castellano, así que le dije adiós a mi idea de ver que tanto entendía el inglés.
La segundo, no era colorado, y le faltaba tomar bastante sol para parecer vivo.
Y la tercera, pero no menos importante, me llegaba al metro sesenta. Parecerá una nimiedad, pero quiero un novio. No un bastón, no un perchero; un novio que me lleve por lo menos 15 centímetros de estatura.

Hay que reconocer que A se esmeró en ser un buen invitado. Evitó beber demasiado, se mostró colaborador, y buscó temas de conversación amenos y poco controversiales, pero no conseguí que me hablara en inglés, aunque demostré que entendía casi todo lo que le decía al chongo (IA, en adelante)

En fin, fue un informe de SpA en mode: "candidatos internacionales"

Será hasta la próxima, saludos queridos bloggers y cyber leyentes.

15 enero 2008

Confieso que he bebido

Bueno, este post, en realidad corresponde a un par de semanas atrás, pero no estaba en condiciones de hilar tanto.

La navidad fue un horror
Mi abuela cocino cosas raras que no me gustaban, mi abuelo sirvió sidra vieja que tenia sedimentos de vaya uno a saber que en el fondo, y el calor no ayudó
Mi mamá tuvo diferencias ideológicas con su madre. Con su padre. Con su hermano y cuñada. Con sus sobrinas (la preferida y la que no). Conmigo. Y con un vecino que paso a saludar.
Los regalos (excepto los que me compré a mi misma) fueron horrendos (dos tupper -truchix- y un tazón para sopa que no tiene una Mafalda dibujada)
Los tres vasos de Gancia que tomé, hicieron efecto, pero no el suficiente para que mis zapatos nuevos (con taco) llegaran en mis pies hasta el arbolito.
La fiesta que tenía después de la reunión familiar (que contaba con más de 40 invitados), contó con tres amigos de la dueña de casa, y un amigo mío que vino con un amigo (ambos sin onda).
Lo que quedaba de la botella de Gancia no sirvió para mitigar los efectos del embole.
Supongo que es obvio, pero tomé mucho.
La post- Navidad geek

Nos juntamos los primos, y del calor más el aburrimiento, terminamos jugando al carrera de mente edición 1985, que contaba con preguntas como ¿quién se retiró después de 12 temporadas? (Mirtha Legrand)
Acá, también tomé como marinero alcohólico.

Lo del medio no merece renglones cibernéticos, pero ahí también bebí de más.

El pre- Año Nuevo

Salida con las compañeras de la otra facultad (la que dejé) Sirvió para comprobar que: a Ubita no la dejamos elegir lugar nunca más, que no importa donde estemos, nos morimos de risa, que M. siempre deja un tendal de enamorados a su paso, y que -lamentablemente- ya no somos las de antes, a la tercera botella teníamos sueño, y empezamos a recordar con -quizá demasiado- cariño a Patricio M., el profe se semiología del CBC.
Tomé demasiado, tuve resaca.
Año nuevo
Desde el vamos fue un kilombo la organización. Como nos juntamos muchos y muy distintos, se gastó demasiado y se compró poco.
El clima fue completamente insoportable, lo cual hizo que la botella de Strawberry fizz que me había tomado me hiciera desear tirarme al piso y rogar que me dejen dormir ahí.
Lo único bueno, es que a las 12:30 pude comunicarme con mi sobrina, y me dijo: "Feliz año. Tati (yo) te amo!!" (todo fue traducido)
El post- Año nuevo
No hubo. Tristísimo.

El recontra post Año nuevo (4 de enero)
-Otra vez fiesta en la misma casa de la post- navidad-
Nuevamente, no vinieron todos los invitados, pero si bastantes.
De nuevo me pasé con el Gancia, la sidra y el ananá.
Me reí de mi ex, me burlé públicamente de el y me fui a dormir temprano.
Me desperté con un moretón enorme y de muchos colores abajo de la rodilla izquierda que no se como me hice.
Eran las cinco y pico de la mañana, la dueña de casa y sus "amigos" estaban cantando temas de Queen.
Al poco rato se fueron y yo no tenía sueño, así que me puse a juntar las botellas, las tapitas, las colillas hasta que me dió sueño de nuevo, y cuando me fui a dormir rompí un velador.

El Año Nuevo recontra pasado de rosca (12 de enero)
Me miré la pierna que resultó moretoneada anteriormente y me encontré otra herida un poco más abajo, de la que tampoco tenía memoria.
Mientras me pregunto como me lastimé, pateo el escritorio y me golpeo exactamente en el mismo lugar. Misterio dos resuelto.
Repentinamente recuerdo como conseguí el primer moretón.
Lo bueno: ya sé como fue y se terminó el misterio y las sospechas de algún tipo de enfermedad en a sangre (soy hipocondríaca)
Lo malo: me caí de la pileta del lavadero de mi prima, porque estaba demasiado borracha como para embocarle al asiento de la silla que servía de escalón intermedio. El accidente fue patético. Quiero borrarlo de mi mente.

14 enero 2008

Racismo

El racismo, lo invento algún rubio pito corto que vio un morochazo desnudo, seguro.

10 enero 2008

¡Peligro!


Ayer, aprovechando que mi madre se fue de Buenos Aires, dejando atrás el auto, las llaves y los papeles; tomé coraje (más el auto, las llaves y los papeles) y salí a dar una vueltita.
Sola. Por primera vez.
Y ¿que descubrí? Que soy peligrosa, pues si. Confío demasiado en mis reflejos, y tengo el pie derecho pesado.
Debo aclarar que más allá de que tratando de estacionar me subí un poco al cordón, y que al vecino de al lado le traspiraron hasta las uñas de los pies cuando le pasé finiiito a su "pocos kilómetros", el auto volvió sin golpes extras, yo también, ningún ser humano resultó herido, y el vecino que secuestré para que me acompañe (por si había que avisarle a alguien para que pague la fianza) dijo no haber tenido pánico, aunque también traspiró con lo del auto del (otro) vecino.

Por otro lado, estoy viendo fotos del finde pasado, y en algunas aparece el chiche nuevo del profe...
Yo me pregunto, si yo (creo) estúpida no soy, ¿por qué siempre me reemplazan por una MÁS fea???

07 enero 2008

No me vengas...

Después de saludarme con cortesía como es habitual, de repente, mi primita (tiene 24 pero es la menor), se puso seria y me dijo.
G y yo, nos casamos el siete de diciembre de 2008.
Te estoy avisando con bastante tiempo, así que después no quiero que me vengas con que eso parece el arca de Noé.
Te estoy avisando con casi un año de anticipación, tiempo suficiente para conseguirte un novio, un amigo gamba, un amigo gay o un taxi boy re convincente. ¿Estamos?

Ya dije que me molesta mucho que me conozcan tanto?

02 enero 2008

¿Queda mal?

La historia a continuación, contada como una sola, es, -sin embargo- un pequeño compilado de mis histeriqueos con un sujeto K.

Pasó por casa para invitarme a tomar creo que un helado, y le dije que no. Me reclamó que nunca hago acto de presencia, y yo le retruqué que me mandaba SMS genéricos (tipo: "Feliz loquesea para todos mis amigos")
una semana después, lo llamé espontáneamente, y luego de recordarle que no me gustaba hablar por teléfono, hablamos exactamente 12 minutos de celular a celular, en los que no omití informarle que el llamado respondía al reclamo de la vez anterior, con lo que se sorprendió porque no creyó que le estaba prestando atención. Yo le dije, a mi las cosas me llevan un rato, pero me llegan. Y cuando, al final de la charla me recordó que "supuestamente no te gusta hablar por teléfono" (K dixit), le indiqué que lo hacía porque él era especial para mí, y volví a la carga con los SMS genéricos.
Después de contarme que cuando vió el número de mi casa en el identificador de su celular, pero escucho la voz de mi mamá (si, si. Mi mamá llama a mis amigos) se asustó, que creyó que me había pasado algo malo a mí, me abrazó y nos quedamos charlando un rato en la puerta de casa, mientras una vecina curiosa fingía limpiar las ventanas a las diez y media de la noche sólo para tener una posible exclusiva.
El histeriqueo transcurrió normalmente, y un rato después llegó la hora de despedirnos.
Nos abrazamos como siempre, y mientras yo le daba un beso fronterizo*, me dijo "te quiero" Queda mal que le pregunte ¿en qué sentido?

*Beso fronterizo: Suficientemente cerca de la boca como para iniciar algo más en caso de haber disposición, pero suficientemente lejos para negarlo si es necesario.